Mediación familiar. ¿Cuál es el acuerdo más beneficioso para mis hijos tras el divorcio?
El divorcio suele ser un proceso complicado para todos los miembros de la familia, sobre todo para los hijos, ya que los intereses de cada cónyuge rara vez coinciden. Con el objetivo de facilitar el proceso y ayudar a conseguir acuerdos más beneficiosos para el futuro de los hijos, cada vez es más común acudir al servicio de mediación familiar.
En Barahona del Val, despacho de abogados en Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, aclaramos en qué consiste este proceso con el objetivo de mostrar una alternativa a la demanda de divorcio.
¿Qué es la mediación familiar?
La mediación familiar es un servicio, hasta la fecha poco utilizado en España, al que recurren las parejas en trámites de separación o divorcio con la finalidad de llegar a acuerdos que esclarezcan su situación.
Al decidir comenzar un proceso de mediación, la pareja acepta la intervención de una tercera persona, el mediador, quién les ayuda a identificar los intereses en común y establecer un acuerdo que permita a los hijos continuar manteniendo una relación equilibrada con sus padres.
¿Qué papel juega el mediador familiar en mi divorcio?
El mediador debe ser un abogado, psicólogo o educador social experto en el ámbito familiar cuya labor es fomentar la buena comunicación entre los progenitores y guiarles para que sean ellos mismos los que consigan llegar a acuerdos, siempre desde una posición neutra e imparcial.
Según su metodología y objetivos, se pueden distinguir dos tipos de mediación:
- Mediación facilitativa
Es la versión clásica de la mediación en la que el mediador juega un papel de observador y guía sin intervenir activamente en la negociación.
- Mediación evaluativa
En los casos en los que las partes no consiguen llegar a un acuerdo de forma autónoma, el mediador, que debe tener un conocimiento más profundo de la legislación y de los aspectos económicos relativos a un proceso de separación o divorcio, presenta diversas hipótesis a los cónyuges para que estos decidan qué acuerdo les favorece más.
¿Cuándo acudir a un mediador familiar?
El perfil más habitual en una consulta de mediación es el de parejas con hijos en situaciones de conflicto que pueden venir provocadas, en los casos más frecuentes, por el desgaste de la relación o el desacuerdo en aspectos relacionados con sus hijos.
Por otro lado, también pueden recurrir a este servicio hermanos con problemas relacionados con herencias o personas que deben afrontar el cuidado de familiares dependientes.
¿En qué consiste el proceso de mediación?
El proceso suele durar entre cinco y doce semanas, con una sesión semanal de una hora, por lo que en total suele prolongarse durante aproximadamente dos meses.
Generalmente, el procedimiento consta de dos fases:
- Pre-mediación
En esta primera fase, el mediador realiza unas tres reuniones con las partes con el fin de conocer mejor su situación particular y recabar toda la información necesaria.
- Mediación
Una vez el mediador tiene un conocimiento general sobre las circunstancias del caso comienza la fase de negociación propiamente dicha.
Una vez las partes han llegado a un acuerdo, este ha de cumplirse en sus términos por los firmantes, de forma que, ante un incumplimiento, se puede exigir la efectividad de lo pactado igual que si de una sentencia se tratase.
Asimismo, cabe la posibilidad de modificar el acuerdo, siempre que se alcance uno nuevo o bien, acudiendo a un procedimiento judicial ante una modificación de las circunstancias.
¿Qué diferencia la mediación de un proceso de divorcio judicial?
La mediación familiar es una práctica que favorece la cooperación entre la pareja y ayuda a afrontar la ruptura con respeto y de un modo menos traumático para los hijos. Algunas de las ventajas que presenta la mediación frente a un proceso de divorcio mediante la vía judicial son:
- Es voluntario.
- Menor riesgo de que los padres utilicen a sus hijos para conseguir mejores condiciones en la negociación
- Reducción de las respuestas negativas por parte de los hijos tras la separación.
- Mayor grado de conformidad para tomar decisiones sobre el futuro de los hijos.
- Disminución del coste emocional de la separación.
- Adaptabilidad a cada familia.
- Ahorro de tiempo y dinero.
Si te encuentras en situación de crisis matrimonial y tienes dudas en cuanto a mediación familiar o la figura del mediador, contacta con nosotros y te asesoraremos.